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domingo, 11 de abril de 2010

Retiro entre el bullicio


El mágico y viejo reloj, cada día a un compás, viste de sosiego el ajetreo de la estación de tren. Recortadas están sus manecillas por los recuerdos de la luz primaveral que tiñe ahora las nubes de tonos púrpuras mientras, poco a poco,el astro rey atardece de la mano de unos segundos de calma.


Me absorta este lugar, me engulle, me encanta rodearme de esa sensación de ingravidez tumbado en el primer banco vacío que encuentre, a las siete de la tarde.


El constante devenir de trenes y puertas automáticas, de pasos y pasajeros, de miradas perdidas, de vidas,... No es mas que un croma, un trasfondo en movimiento, que se diluye con tal solo cerrar los ojos, arropar a la retina, y desconectar...


Mi pelo se ondula al paso de la brisa; son los últimos suspiros de una semana que ya descansa aliviada y, en horas, le dará el relevo a la siguiente (El mundo entero suspira con ella, que ya no corre, solo pasea). Los mirlos picotean dando pequeños saltos cerca de mis pies, tomando cáscaras de pipas y alguna que otra migaja de pan que alguien se molestó en ofrecerles; puedo sentir como rozan el suelo con sus patas, arañando las baldosas de manera casi imperceptible mientras aletean y cantan delicadas, simples melodías, pero nítidas y bellas como ninguna.
Casi secundando a las aves un violinista dibuja largos trazos con su arco, como si tratara de desfilar los sonidos que desprenden las cuerdas de su instrumento; brochazos impresionistas, translúcidos, para que nuestra imaginación, y no nuestra mente, trate de interpretar, y no de descifrar, la historia que encierran sus notas.


El crepitar de las hojas de un árbol, danzante y esbelto al son del viento, invita acercarse al cobijo de su cándida sombra, cual llama acogedora. Amo este lugar porque me ayuda a olvidar que formo parte del mundo, olvido responsabilidades, deseos, remordimientos, pensamientos insustanciales... Pero sobretodo porque me ayuda a disfrutar, me aporta algo, un mero capricho, un regalo que, aunque perecedero, es precioso y eterno:

"Formar parte de algo tan frágil, como lo es el silencio..."

~~Minstrel of Dreams~~


2 comentarios:

  1. Tío, me encanta lo que escribes :).
    Me gustan los lugares que me evaden de la realidad y me distraen de la rutina.
    Ais, el silencio, sin decir nada lo dice todo ;)
    cuidate

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  2. Gran texto
    por cierto, muy bien utilizada la palabra caligrafía en tu anterior comentario, sí sí

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